PADRE E HIJA
Érase una
vez una padre que quería mucho mucho a su hija pero ésta no le hacía caso. Cuando ella era pequeñita solo quería estar con su mamá.
A
medida
que fue creciendo también dedicó tiempo a su padre pero tampoco el suficiente y
él,
para
llamar su atención la molestaba y le decía muchas tonterías.
Un día cuando ella ya era adulta, vivía en otra ciudad y estaba casada y con hijos se enteró de que su padre se había puesto muy enfermo.
Cuando lo supo lo dejó todo y fue a verle. Al llegar al hospital le dijeron que estaba bien, que se iba a curar.
Entonces la mujer se derrumbó y se dio cuenta de que había sido una mala hija. No le había demostrado a su padre lo mucho que lo amaba.
Cuando pudo recibir visitas fue a verle y se disculpó muchas veces por no haberle dicho cuánto lo quería. Él la perdonó y ella le prometió ir una vez cada dos semanas a visitarlo a él y a su madre.
Y así lo hizo.
A partir de ese momento trató de recuperar todo el tiempo perdido con su padre, sin desatender a su madre.
Aprendió a disfrutar al momento de todo porque cuando menos te lo esperas lo que más quieres en este mundo ya no está y te das cuenta de que ya no vas a tener la oportunidad de disfrutarlo y decirle cuánto lo amas.